de esos caracoles,
fijados a la rama del olivo
por un cemento blanco
hecho de paciencia y saliva,
y no desertes
ni ante el borde cortante de la cáscara,
ni ante el despeñadero de nácar
donde hoy solo vive la dura luz del día.
Ponlos en la palma de mi mano,
deja que los alivien mis pestañas.
deja que los alivien mis pestañas.
2 comentarios:
me encantan tus imágenes, arrolladoras, certeras.
me gusta leerte.
Saludos
¡Un placer! Que tengas un buen día. ¡Gracias!
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