La puerta abierta, el motor encendido…
¡El coche del tapicero!
El animal salta dentro del coche,
acelera, prueba el altavoz:
…Nunca más vendrá a su puerta
a tapizar butacas, tresillos
y descalzadoras
…Ahora es La Fiera,
ladrona de coches y negocios,
quien aúlla su propia mercancía:
Prueba número uno:
¡Nubes negras en frascos cerrados!
Tormentas de sal sucia
vendo, vendo –gruñido-
Prueba número dos:
¡Sangre, sangre negra!
¡Cachitos de pantera!
-Aullido-
Me vendo
a trozos cada mañana.
Prueba número tres:
Sílabas de carbón,
miradas de hierro,
piernas sangrando metales pesados
–la uña desgarra la pintura del coche
y el altavoz envía el chirrido a través de
las persianas
a las cocinas de las mujeres de su casa-
Lo mejor de La Fiera
muy barato, vendo.
Y mañana más.
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