jueves, 7 de junio de 2012

Inspirar/recuperar.

































Voy tarde.

Escandalosa
madreselva
me retiene
en este más acá
de la valla.
Aunque mire el reloj,
ya no conjugo
con propiedad.

Hacia dónde caminaba yo,
mañana sin nubes,
con luna.
Sigo capturada

por las voces mudas
de la enredadera,

aroma que se desvanece
si doy un paso.

Inspiro
y recupero
mi espíritu
traslúcido
perdido
entre colegio y verano.
Inspirar,
recuperar.
La noche ha sido muy corta.

Ya voy,
es igual,
enseguida
también será tarde.
                                  (Mensaje a mi jefa)

domingo, 3 de junio de 2012

En la puerta del banco.



08’25. Señora, usted y yo hemos llegado pronto.

08’26. Es fea la vida, me dice sin más.
(La  vida parece un objeto que usted se saca del monedero. Un objeto gastado y pequeño que la ha decepcionado, como ese regalo de boda que resultó ser un jarrón o un cuadro horrible).


08:30. La vida sigue ahí  sostenida entre usted y yo.
(Delante de las puertas que aún no se abren, en ese segundo en que sus párpados marrones no pueden seguir cerrados, ni su boca casi transparente puede evitar una mueca como la que se hace cuando nota que ese olor  viene de la mierda que ha pisado usted misma en la calle).


08:32. ¿Y si estuviera  mirando a la muerte?
(Intento saber hacia qué parte de la vida está mirando cuando suelta ese adjetivo tan breve, usted que ha vivido tan largo y tan conforme. Mujer de su casa, de sus hijos, de su marido, de su iglesia, de su camino diario hasta el mercado).


08.33. El empleado calvo espera iluminado por los focos.
(Él nunca le sonreiría a nadie si no fuera necesario, y menos a usted, señora que aprieta el monedero vacío bajo el pecho camino de la caja, ¿avergonzada?).


08.34. Oiga, le digo sin voz, hágase cargo: Mire lo que ha dejado en mis brazos, huérfana, agonizando como siempre, una cosa fea que yo no quiero llevarme a casa.


08.35. Usted cierra el monedero, y casi sonriendo, desaparece.