Estás desnudo.
Al verte saltar
entro
en mis bolsillos
para tirar las piedras
y recuerdo
que no llevo ropa.
Ahora comprendo
por qué
los adultos
pesamos tanto.
-
Éramos acróbatas.
En el baile yo impedía
con mis hombros,
mis manos
y mi cara
que tu pie tocase
el suelo.
Se levantó la noche.
Elegiste
unos zapatos de tacón,
y yo,
que he sido tan fuerte,
siempre lo resistí.
Y también
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