que yo palabro en latas de conserva
para aliviar la mixtura del plástico podrido,
la raspa y la hoja de lechuga.
Palabro también en el café
volcado en la mesa,
volcado en la mesa,
haciendo río por mi falda
hasta la alcantarilla.
En los amigos que se traicionan
en las esquinas de los bares.
En las parejas que tragan piedras
y las eructan en estado de shock.
Mañana las noticias darán cuenta del alcance de los proyectiles, cerrará el ojo de la cámara nuestro propio ojo y ninguna madre nos lavará detrás de las orejas.
Este año salvaje que convoca a las palabras
y las castiga a la jungla sin cenar.