lunes, 9 de septiembre de 2013

Habitación de invitados, 7: Elena Berrocal Luna.



La casa de piedra es invisible a los pájaros. 

Sus paredes se camuflan
en el aire sucio y la desgana de los viandantes.
La casa de piedra es también de paja y de cemento
y de agua de mar.

Hay mosquitos hambrientos que obedecen a la noche.
Hay corazones de piedra, de cemento, de agua
y de mar.

Allí vivió un hombre ciego
durante cincuenta y tres años.
Estudió todos los rincones de la casa,
cada ventana,
los muebles antiguos.
Subsistió con los alimentos que aprendió a cultivar
en el pequeño huerto de la entrada,
y aprendió a contar los días
a través del tacto de sus muros.
Como un reloj de sol, sus manos
medían el recorrido de la luz
y de la sombra.
Una mañana,
el ciego despertó con el canto de un pájaro
que entró por la ventana, por primera vez.
Un pájaro huérfano, perdido, loco.


Un poema de Elena Berrocal Luna.
Una fotografía de LaFiera.

Y también http://angilafiera.blogspot.com.es/2013/02/habitacion-de-invitados-4-lidia-esteban.html
y http://angilafiera.blogspot.com.es/2011/07/la-casa-contiene-1-y-2.html

2 comentarios:

Darío dijo...

La imagen es monumental. Como la casa de piedra.

Angi La Fiera dijo...

Como un reloj de sol, sus manos
medían el recorrido de la luz
y de la sombra.

Gracias, Darío.