viernes, 5 de agosto de 2011

Hablar idiota 1y 2

 







                                            Hablar idiota 1.
Qué idiota,
pensar que en mitad de una conversación
en una cafetería o en el sofá de una casa amiga,
alguien va a decir me gustas-te quiero solo porque sea verdad.
Hay palabras como el pop de las latas al vacío,
o el de las palomitas en la máquina del cine.
o como el chas de la cola del delfín que retorna al agua.
Esas palabras no las decimos nunca,
no vayan a delatar un tictac descompasado
o abran la puerta a un estrepitoso
 y silencioso silencio idiota.

Hablar idiota 2

Hablo deprisa y de todo.
Ya lo sé.
En el silencio
el aire que me resta
detrás del ombligo
sube hasta la garganta,
y quema.
No creas que tengo mucho que decirte:
lo importante se resume en dos palabras.
Es que temo que no sepas qué hago a tu lado,
y de pronto te levantes y te marches
como quien recuerda que olvidó lo importante.
Temo que de pronto dejes en el aire
tu silueta en gruesas líneas discontinuas.
Y que cuando te hayas ido
 compruebe que ni siquiera
 por el dorso de mi mano
camina la memoria de tus dedos,
paso a paso, brazo arriba…
Qué idiota, haber dicho tan poco
y haber hablado tanto.




2 comentarios:

montaman dijo...

:) qué fresco tan agradable

Angi La Fiera dijo...

Creo que cualquiera ha hablado de más o de menos en alguna ocasión;-), y ha dejado pasar la oportunidad sin decir lo que deseaba. Así que mejor pasar el trago con un soplo de aire.