que yo palabro en latas de conserva
para aliviar la mixtura del plástico podrido,
la raspa y la hoja de lechuga.
Palabro también en el café
volcado en la mesa,
volcado en la mesa,
haciendo río por mi falda
hasta la alcantarilla.
En los amigos que se traicionan
en las esquinas de los bares.
En las parejas que tragan piedras
y las eructan en estado de shock.
Mañana las noticias darán cuenta del alcance de los proyectiles, cerrará el ojo de la cámara nuestro propio ojo y ninguna madre nos lavará detrás de las orejas.
Este año salvaje que convoca a las palabras
y las castiga a la jungla sin cenar.
4 comentarios:
Busquemos que aún queda la mirada inocente de un niño, el meneo incesante del rabo de un cachorrillo, el reflejo del sol en un charco de agua, la puesta de sol en la playa.....ofrezcamos un café caliente y tambien, porqué no, una copa de coñac, para el que duerme en cartones, una mano amiga para el que desespera, un hombro donde dejar la cabeza, una palabra amable....
Me gusta la luz que tiene tu casa, y la foto es tremendamente bella.
Un beso, Angi
No queda más remedio, Carmela, no vamos a tirar la toalla a estas alturas. Los años salvajes nos sacan de la comodidad y la pereza y nos obligan a buscar, a preguntarnos, a cambiar a golpe de pequeños gestos, como tú dices, y también de grandes decisiones.
Siempre abierta La Casa, un abrazo.
Y disfrutemos con la belleza y simplicidad de tus fotos, fiera!
Besos
Creo que este, también será mi año salvaje.
Me encantan tus fotos, fiera!
Besos
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