Sus ojos abiertos
son piedras ciegas
a los ojos de los desvelados,
y su lengua
un mapa de coordenadas imprecisas.
un mapa de coordenadas imprecisas.
Mientras sus pestañas inventan un código
que no responde
a ninguna pregunta de esta parte del mundo,
camina la sonámbula por el pasillo,
irreductible, evitando los espejos,
negando a todos su mano fría.
De ninguna otra forma puede ser más ella,
cruzando ríos,
tozuda en su abandono.
1 comentario:
La veo, con ojos de piedra cruzando negros ríos... Un abrazo.
Publicar un comentario