viernes, 13 de abril de 2012

Conversación de primavera.















Subimos la cuesta.
A mi lado camina el hombre bueno.
Y al otro lado, el hombre sincero,
que habla de sexo
como si masticase el vinagre de las campanillas.

Empieza a nevar.
Los aparto de mi rostro,
pero se me pegan a la ropa,
 enfrían mi pecho como si abrazara desnuda un cristal:
sin embargo no parece que al hombre bueno le afecten esos copos oscuros,
pues sabe dónde tiene que llegar
y que lo hará intacto.
El hombre sincero pregunta al hombre bueno
por las semanas, los días, las horas y los segundos
de su vida en que “nada, pero nada de nada”.
Este rebusca en el bolsillo del anorak.
Saca un trozo de pan de ayer, papelitos desteñidos, semillas secas.
Hace ademán de ofrecer algo importante.
Abre la boca y responde con un resto de otra conversación pasada,
con una frase antigua hecha de buenas intenciones.
No sufres, dice el hombre sincero,
tú no sufres, pregunta el hombre sincero,
deteniéndose a recoger más campanillas.
Noto que al hombre sincero le falta piel en la punta de los dedos.
El silencio se adhiere a los copos y los hace pesados.
Las preguntas acaban ensartadas en las agujas de los pinos.
El hombre sincero se quita la piel y la deja sobre las rocas.
Ambos coronamos la cuesta en carne viva.

martes, 3 de abril de 2012

Tanto (Pausa) Tanto.





La primavera explota en el buzón.
(Recojo los platos, hago mi vida)
Avanzo por el pasillo
y abro la puerta de golpe.
(Los pájaros agujerean en silencio
el castigo y la pena…)

¡Fuera, pájaros!
Mi cuerpo una aeronave en misión secreta.
Destino tu casa.
Allí dentro tendré suerte (tanta) suerte.

jueves, 22 de marzo de 2012

Las nueve menos un minuto.


Cada mañana, de camino al colegio,
ellas dejan sus mochilas apoyadas en el árbol
y se columpian con fuerza
antes de que suene la campana.
Ensanchan el tiempo.  

Estupidez: preguntar a esas niñas cómo lo hacen.

viernes, 16 de marzo de 2012

Júpiter y Venus bailan lento.


No saben Júpiter y Venus que su lento baile es una señal de esperanza para mí. Algo de su movimiento sin avance me dice que siempre puede haber una oportunidad: a pesar de todo, allí están, acercándose y  alejándose uno del otro, esos dos planetas cuyos nombres conozco.

Mirar hacia arriba, reencontrarlos brillando en otro lugar de la noche, a miles de kilómetros de la posición de ayer pero en el mismo pedazo de cielo que mi vista alcanza, tiene efectos analgésicos: entregar mi corazón blanqueado por la sal y el ácido del día, y esperar medio segundo a que vuelva en su color y dispuesto a entrar en casa.  

domingo, 26 de febrero de 2012

¡Pies quietos!






(para Inés)
No sé otra forma mejor
de darle la vuelta a la pena
que poner el mundo al revés.

domingo, 19 de febrero de 2012

Despertar.

         Real como el dolor de pierna de un amputado. Cierto como intuición por rabillo de ojo. Inasible como aroma de violetas. Entero como una baldosa sepultada en el barro: Caminando por las aceras sucias de nubes escribo un sueño.
          El contenedor de la basura abre y cierra sus fauces mordiendo lo oscuro, vomitando plata líquida en la alfombra que ayer trajo la noche. Me avisan unos ojos amarillos. La llave entra en el contacto, arranca el día, y el sueño desaparece fugaz como la cola de un gato mañanero.

http://issuu.com/letraskiltras/docs/girapoema2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

Clasificados: Esqueletos.


¿Rascando el cielo en pos de nuevas metas?

¿Repeliendo la gota de deseo
que hace de su carne
un instrumento desafinado?

¿Cargando con el hierro de los días
como si fueran sacos de plumas?


¿Está preparado para la tarea?
Si tiene ya su pértiga afilada
y listo un paraguas desorejado…
solo necesita
¡un esqueleto poderoso!


Auténtico esqueleto vendo.
En uso.
Esqueleto resistente
disponible ya
a buen precio.

No lo dude.
                                                                                  (Vaya mierda de esqueleto
que no soporta la pena
de esa nube gris en mi costado)